El área hoy cubierta por el lago embalsado alojaba antes de la obra unas 40.000 personas, que
tuvieron que ser trasladadas. La elevación del nivel de las aguas afectó también la infraestructura vial y cloacal de la región de una manera que los estudios previos a la ejecución, financiados y avalados por el Banco Mundial, no tuvieron en cuenta; investigadores independientes confirmaron, años más tarde, que el censo de 1990 del INDEC fue alterado para reducir los importes que la Entidad Binacional Yacyretá, la gestora del proyecto, debería desembolsar para compensar a los desplazados.
Ecológicamente, la construcción del dique afectó principalmente tres aspectos del entorno regional:
• La estructura y composición de los hábitats acuáticos, al causar la elevación del nivel y el anegamiento de áreas previamente secas un cambio en la composición química de las aguas. Además, la alteración de las corrientes ha afectado la dinámica de la vegetación flotante, que en el sistema del Ibera constituye el hábitat de numerosas especies endémicas. Además, la mansedumbre de las aguas ha permitido la proliferación de especies transmisoras de la esquistosomiasis, el dengue y el paludismo.
• La estructura y composición de las actividades productivas del sector primario, que además del anegamiento directo incluyen la modificación de la humedad de decenas de miles de hectáreas destinadas a la agricultura y la explotación maderera. Miles de cabezas de ganado se perdieron además en el proceso de llenado del lago.
• La diversidad y estabilidad de los hábitats terrestres, que podría dar lugar a pérdidas incalculables de biodiversidad. Numerosas especies protegidas resultaron afectadas en uno de los pocos espacios en que sobreviven en Argentina y Paraguay; entre ellas se cuentan:
o El ciervo de los pantanos, concentrado especialmente en las zonas embalsadas y al que la migración hacia tierras altas expondría en mayor grado a la caza furtiva, la competencia con el ganado bovino por el alimento, y el contagio de enfermedades de las que éste es portador.
o El venado de las pampas, desplazado por el ascenso de la napa de su ya reducido hábitat.
o El carpincho, cuyas áreas de reposo y alimentación se vieron anegadas.
o Numerosas especies de rálidos (en los géneros Porzana, Aramides, Porphyrio y Laterallus), garzas, cigüeñas y anátidos, por la ocupación de sus zonas de nidificación; algunas paseriformes consideradas vulnerables, como el yetapá de collar y el tordo amarillo, ven también reducido su hábitat y dificultada la comunicación entre las poblaciones paraguayas y argentinas, con la consiguiente disminución de variedad genética;.
o El yacaré overo y el yacaré negro, desplazados de su zona de nidificación.
Las consecuencias sobre la población ictícola del Paraná fueron también gravísimas, ocasionando una sensible disminución del volumen de algunas especies; la construcción del sistema de elevadores mitigó sólo en parte estos efectos.
tuvieron que ser trasladadas. La elevación del nivel de las aguas afectó también la infraestructura vial y cloacal de la región de una manera que los estudios previos a la ejecución, financiados y avalados por el Banco Mundial, no tuvieron en cuenta; investigadores independientes confirmaron, años más tarde, que el censo de 1990 del INDEC fue alterado para reducir los importes que la Entidad Binacional Yacyretá, la gestora del proyecto, debería desembolsar para compensar a los desplazados.
Ecológicamente, la construcción del dique afectó principalmente tres aspectos del entorno regional:
• La estructura y composición de los hábitats acuáticos, al causar la elevación del nivel y el anegamiento de áreas previamente secas un cambio en la composición química de las aguas. Además, la alteración de las corrientes ha afectado la dinámica de la vegetación flotante, que en el sistema del Ibera constituye el hábitat de numerosas especies endémicas. Además, la mansedumbre de las aguas ha permitido la proliferación de especies transmisoras de la esquistosomiasis, el dengue y el paludismo.
• La estructura y composición de las actividades productivas del sector primario, que además del anegamiento directo incluyen la modificación de la humedad de decenas de miles de hectáreas destinadas a la agricultura y la explotación maderera. Miles de cabezas de ganado se perdieron además en el proceso de llenado del lago.
• La diversidad y estabilidad de los hábitats terrestres, que podría dar lugar a pérdidas incalculables de biodiversidad. Numerosas especies protegidas resultaron afectadas en uno de los pocos espacios en que sobreviven en Argentina y Paraguay; entre ellas se cuentan:
o El ciervo de los pantanos, concentrado especialmente en las zonas embalsadas y al que la migración hacia tierras altas expondría en mayor grado a la caza furtiva, la competencia con el ganado bovino por el alimento, y el contagio de enfermedades de las que éste es portador.
o El venado de las pampas, desplazado por el ascenso de la napa de su ya reducido hábitat.
o El carpincho, cuyas áreas de reposo y alimentación se vieron anegadas.
o Numerosas especies de rálidos (en los géneros Porzana, Aramides, Porphyrio y Laterallus), garzas, cigüeñas y anátidos, por la ocupación de sus zonas de nidificación; algunas paseriformes consideradas vulnerables, como el yetapá de collar y el tordo amarillo, ven también reducido su hábitat y dificultada la comunicación entre las poblaciones paraguayas y argentinas, con la consiguiente disminución de variedad genética;.
o El yacaré overo y el yacaré negro, desplazados de su zona de nidificación.
Las consecuencias sobre la población ictícola del Paraná fueron también gravísimas, ocasionando una sensible disminución del volumen de algunas especies; la construcción del sistema de elevadores mitigó sólo en parte estos efectos.
0 comentarios:
Publicar un comentario